La ley de voto electrónico para los catalanes que viven en el extranjero pasó recientemente la primera prueba del Parlamento.
El siguiente paso para el proyecto de ley será pasar por la consideración de un comité, antes de que pueda ser promulgada.
La ministra catalana de Gobernación, Meritxell Borràs, ha insistido en que la tecnología existe, “es segura y no plantea problemas legales, pero falta voluntad política para implementar el voto electrónico“. Explicó que “esta modalidad para votar podría ser promovida con el marco legal actual, tan solo emitiendo un decreto aprobado por la ley electoral “.
Cataluña bien podría tomar el ejemplo de Estonia, país que desde 2005 ofrece a los ciudadanos la oportunidad de votar en línea durante las elecciones nacionales.
El gobierno catalán expresó su deseo de que esta Ley sea aprobada en junio o julio, para permitir que los residentes de ultramar voten en un posible referéndum de independencia en septiembre. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Gobierno aclararon que la implementación del voto electrónico y la celebración de un referéndum son dos propuestas completamente diferentes. Así, el voto electrónico puede ser implementado a través de una ley que está siendo procesada por el Parlamento, mientras que la organización del referéndum debe provenir de un debate dentro del Gobierno.
Representantes de todos los partidos en el Parlamento local han expresado su preocupación por la caída significativa de la participación electoral de los catalanes en el extranjero. En particular, después de la reforma de la Ley Electoral en 2010 y la introducción del “voto bajo demanda” o “petición para votar”.
Según el secretario de Asuntos Exteriores de Cataluña, Jordi Solé, en las últimas elecciones locales del 27 de septiembre de 2015, de 196.000 catalanes en el extranjero; 21.771 aplicaron para votar, pero solamente 14.781 consiguieron que su voto fuera contado con éxito. 7.000 boletas que fueron enviadas a tiempo no pudieron llegar a su destino.
La participación exitosa de los residentes en el extranjero en futuras elecciones es de suma importancia para esta comunidad española. En consecuencia, el Gobierno catalán prevé invertir más de 400.000 euros este año para desarrollar la implementación de la tecnología de voto electrónico, siempre y cuando el presupuesto de 2017 sea finalmente aprobado en el Parlamento.