Aproximadamente trescientos cincuenta millones de votantes en toda América Latina y el Caribe participaron en las elecciones el año pasado.

Once países realizaron sus elecciones generales, y siete (entre ellos los titanes Brasil, México y Colombia) cambiaron sus presidentes y el panorama político completo de la región.

El súper ciclo de elecciones en toda América Latina despegó en febrero y las elecciones fueron una característica durante todo el año. Costa Rica fue el primer país en celebrar sus elecciones generales en febrero de 2018, seguido de cerca por las elecciones legislativas celebradas en El Salvador y luego en Colombia.

Sobre la base de los resultados de estos procesos electorales, se puede decir que el estado de democracia en la región es encomiable, ya que hubo pocos casos de malas prácticas electorales y violencia postelectoral. Aparte de Costa Rica y Brasil, donde se requirió de una segunda vuelta presidencial, otros procesos de votación se llevaron a cabo de manera rápida y eficiente, y el continente supervisó las transiciones de poder sin problemas.

Algunas buenas noticias para la democracia regional

Las Naciones Unidas y otros organismos de observadores internacionales felicitaron a Órganos de Administración Electoral de las respectivas naciones por el trabajo bien hecho. Hasta el momento, la comunidad internacional ha aplaudido a los países que llevaron a cabo sus elecciones, a las que calificaron como símbolo de madurez democrática.

Igualdad de género. Según un informe de la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas, en América Latina, “ahora hay 15 mujeres vicepresidentes  y la región es el hogar de tres de los cuatro países con la mayor proporción de mujeres en el Congreso. En Brasil, los votantes eligieron 50 por ciento más mujeres para el Congreso que en las últimas elecciones generales. En México, las mujeres lograron una paridad cercana de género en la legislatura. En Colombia, Duque nombró a Marta Lucía Ramírez como la primera vicepresidenta del país y nombró un gabinete con equilibrio de género. “El gobierno de Alvarado hizo lo mismo en Costa Rica, y ahora tiene la primera vicepresidenta afrodescendiente“.

Cuba pasó por una transición amistosa del ex presidente Raúl Castro, quien renunció en abril de 2018 y fue sucedido por el entonces primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel. Aunque Castro seguirá siendo el secretario general del Partido Comunista; una posición que le daría un gran poder e influencia en la isla, el acuerdo político terminó sin disputas como ha sido el caso en otras partes del mundo bajo regímenes autoritarios similares.

¿Qué esperar en 2019?

Dos de las economías más grandes de América Latina eligieron en 2018 presidentes que llevarán a sus países al extremo opuesto de su espectro político tradicional. En Brasil, Jair Bolsonaro rompió la racha ganadora de cuatro elecciones del Partido de los Trabajadores. En México, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el primer presidente en tres décadas en ganar más de la mitad de los votos emitidos y cambió las expectativas del gobernante Partido Revolucionario Institucional. Los analistas políticos han acordado que “si 2018 fue el año de las elecciones, 2019 sería el año en el que veremos cómo estos nuevos líderes dan forma a sus países”.

Se espera que 2019 sea un año ocupado pero suave para otros países latinoamericanos que están programados para celebrar sus elecciones generales. Habrá carreras presidenciales al menos en seis naciones de América Central y América del Sur, a saber, Argentina, Bolivia, El Salvador, Guatemala, Panamá y Uruguay.

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