Cuando Argentina contó los votos en sus más recientes elecciones, los ciudadanos obtuvieron los resultados en tiempo récord.
Tres horas después de que finalizó la votación, más del 70% de los informes de conteo habían sido digitalizados, transmitidos en forma segura y cargados en el sistema. Para la medianoche, el 96% había sido procesado. Además de ser un punto de honor para Smartmatic, ¿Por qué esto fue importante? Lo fue, debido a que informar resultados con rapidez y exactitud es la clave para minimizar protestas y la transferencia pacífica del poder en un país.
Las elecciones argentinas de 2019 fueron enormes. Los votantes eligieron entre cuatro candidatos a Jefe de Gobierno de la provincia de Buenos Aires y seis fórmulas presidente—vicepresidente. En ocho provincias, 72 candidatos compitieron por escaños en el Senado y 595 candidatos compitieron por puestos de Diputados Nacionales. Hubo más de 10.000 centros de votación, y según las autoridades electorales, la participación de los votantes superó el 80%.
La tecnología permitió a los funcionarios electorales recopilar y autenticar los datos bajo la atenta mirada de los observadores electorales y representantes de partidos políticos. Ahora, ésta es la razón por la que esto importa: la transparencia y la velocidad con la que se publicaron los resultados permitieron que tanto los políticos como sus respectivos partidos aceptaran públicamente los resultados. Cuando el liderazgo de un país y sus observadores aceptan los resultados de las elecciones, por lo general la mayoría de la población también los acepta. Eso reduce la probabilidad de que haya protestas sectarias y violencia.
Bolivia está actualmente envuelta en disturbios como resultado de los resultados demorados en sus elecciones presidenciales. En Indonesia, las elecciones presidenciales de 2019 se celebraron el 17 de abril, pero los resultados oficiales no se dieron a conocer hasta el 22 de mayo. En el ínterin y durante las semanas posteriores, Yakarta, la capital, fue sacudida por violentos disturbios.
En 2017, las autoridades de Ecuador hicieron públicos los resultados preliminares en la noche de las elecciones presidenciales. Sólo habían contado el 50% de las boletas. Las redes sociales explotaron con todo tipo de teorías sobre fraude electoral y juego sucio. La gente se lanzó a las calles a protestar.
Estas son sólo algunas muestras en diferentes lugares del mundo. La historia ha demostrado una y otra vez que los procesos transparentes y los resultados publicados rápidamente minimizan los disturbios civiles.
«Hicimos posible la obtención de resultados rápidos y exactos, que brindaron tranquilidad a los partidos políticos y al país en general», expresó Antonio Mugica, CEO de Smartmatic. «Debido a la velocidad y la exactitud con la que los resultados fueron publicados, la información errónea sobre la tecnología que se había distribuido ampliamente en las redes sociales y otros medios de comunicación se cayó de plano y fue fácilmente desacreditada».
En Argentina, un país con importantes desafíos financieros, el entorno era propicio para que los ciudadanos se levantaran y protestaran por los resultados de las elecciones. Esto es particularmente cierto en esta elección, donde perdió el presidente en ejercicio. Pero gracias a los rápidos resultados, la transferencia de poder puede avanzar pacíficamente.