“El futuro de la democracia es digital. No solo porque la tecnología puede mejorar procesos cruciales de las elecciones, sino porque tiene el potencial de ir más allá y dinamizar la relación entre ciudadanos y gobiernos”.
Con estas palabras, Antonio Mugica, CEO de Smartmatic, explica el rol que él considera jugará la tecnología en el futuro de las democracias.
Hoy día, la penetración de Internet se ubica en alrededor de un 46% de la población mundial. Se estima también que a finales de 2016, unas 2.160 millones de personas tendrán Smartphones. Estas tecnologías están permitiendo un intercambio informativo durante las 24 horas del día y los 365 días del año que está transformando la dinámica que históricamente existía en las sociedades.
Ante esta realidad, Smartmatic utiliza sus 5 centros de Investigación y Desarrollo en Suecia, Estonia, Taiwán, Panamá y Venezuela para desarrollar herramientas que permitan a los ciudadanos participar activamente en la toma de decisiones que les afectan.
Tres ejemplos recientes sirven para ilustrar cómo la compañía puede ayudar a ciudadanos a participar activamente en sus democracias.
En mayo de 2016, más de 55 millones de filipinos participaron en las elecciones automatizadas con máquinas de conteo de votos. La tecnología ha significado una mejora sustancial en la forma en que se realizan las elecciones de esta nación asiática, y más importante aún, en la credibilidad que tienen. Así lo demuestra una reciente encuesta realizada por Pulse Asia que puede leer aquí.
En el cono sur, los ciudadanos de la comuna chilena de Buin fueron partícipes de la asignación de recursos públicos mediante el voto electrónico. Iniciativas de presupuestos participativos están tomando auge en la región, y la tecnología puede darles mayor relevancia aún.
Mientras tanto, en el mes de marzo en Uganda, los votantes tuvieron la oportunidad de acudir a elecciones generales en las que Smartmatic implementó tecnología biométrica para darle mayor transparencia, seguridad y confiabilidad al proceso electoral, tres factores que pueden influir positivamente en la participación electoral.
Estas tres experiencias dan cuenta de cómo la tecnología puede contribuir a brindar a los ciudadanos las herramientas necesarias para que se relacionen mejor con sus Gobiernos y asuman un rol protagónico en su futuro.