Corea del Sur fue noticia al celebrar elecciones parlamentarias en abril de 2020 mientras el coronavirus acechaba al mundo.

Los observadores internacionales elogiaron rápidamente a las autoridades surcoreanas por gestionar una elección nacional exitosa que alcanzó una participación récord cuando la mayoría de los países posponían sus elecciones hasta implementar protocolos de distanciamiento social y otros mecanismos para mitigar el contagio del Covid-19.

A pesar de la notable hazaña, las elecciones surcoreanas dejaron al descubierto una de las duras realidades que afectan a los órganos de gestión electoral de todo el mundo: lo difícil que resulta habilitar la participación de votantes residentes en el extranjero. 51% de los coreanos elegibles para votar y residentes fuera de las fronteras (unos 87.000 votantes) no pudieron ejercer su derecho al voto el año pasado.

El derecho de los expatriados a participar en las elecciones está consagrado en tratados internacionales y regionales. Sin embargo, garantizarlo ha resultado sumamente difícil para naciones grandes y pequeñas, ricas y pobres. Los desafíos logísticos habituales que enfrentan las comisiones electorales al organizar elecciones se magnifican cuando la votación debe realizarse desde el extranjero.

De acuerdo con las Naciones Unidas, el número de migrantes internacionales ha aumentado más rápido que la población mundial durante los últimos años. Había casi 174 millones de migrantes internacionales en el año 2000, 221 millones en 2010 y 272 millones en todo el mundo en 2020. Esta tendencia creciente, tarde o temprano, obligará a las autoridades electorales a dedicar mayores esfuerzos a la votación fuera del país.

En 2007, IDEA Internacional publicó un manual titulado “Votar desde el extranjero”. Recientemente, publicó otro estudio que profundiza en un tema cada vez más relevante para los organismos electorales. Este nuevo y amplio informe está repleto de información valiosa. Compartimos con ustedes cinco de las conclusiones más importantes del nuevo reporte:

  1. Perspectiva global. Según IDEA Internacional, 125 estados y territorios permiten que las personas que viven en el extranjero participen en elecciones legislativas. 88 lo permiten para elecciones presidenciales. Solo 24 países abren elecciones subnacionales a la participación más allá de sus fronteras. Además, 73 países y territorios han habilitado a sus ciudadanos extranjeros para participar en referendos.
  2. Métodos de votación. Principalmente se aplican cuatro métodos en todo el mundo. El voto en persona se ofrece en 109 estados y territorios, el voto por correo en 50 y el voto delegado en 21. La votación en línea, permitida en 12 países, está ganando impulso de manera lenta pero constante y segura.
  3. Costo. El costo de implementar la votación en el extranjero variará considerablemente de acuerdo con el sistema utilizado. La votación en persona es la más cara, ya que requiere el transporte de materiales, la contratación de instalaciones y los salarios de los trabajadores electorales. Citando la experiencia de Estonia, el informe afirma que “la experiencia de Estonia demuestra que este método [voto en línea] puede dar sus frutos a largo plazo”. En cualquier caso, al costo del sistema hay que agregar otros costos como pueden ser campañas de información a los votantes, capacitación del personal de votación y seguridad.
  4. Asuntos operativos. Las decisiones sobre los lugares de votación, la elegibilidad y el registro de votantes, la educación e información a los votantes, los plazos y otros asuntos cruciales se vuelven mucho más complicados cuando la votación se lleva a cabo fuera del país donde se celebran las elecciones. La estrecha coordinación con el país anfitrión y las instituciones pertinentes es simplemente crucial.
  5. Experiencias de países. El informe centra su atención en México, Australia y Filipinas para ilustrar cómo los países adoptan diferentes enfoques para gestionar la votación desde el extranjero.

Con el 10% de su población viviendo fuera de sus fronteras, México ha hecho grandes avances para facilitar el derecho al voto de sus expatriados. Entre 2006 y 2012, los mexicanos residentes en el extranjero tuvieron la oportunidad de votar en las elecciones presidenciales. Los cambios en el marco legal expandieron ese derecho para elegir a gobernadores y parlamentarios a nivel estatal en 2014. A partir de este año, México estrenará un sistema de votación en línea para permitir la participación de todos los expatriados.

Durante más de 100 años, Australia ha permitido a sus ciudadanos que viven en el extranjero participar en elecciones con voto por correo y en persona en misiones extranjeras seleccionadas para tal fin. Aunque el uso de la votación en línea no está permitido para las elecciones legislativas federales, se aplican diferentes reglas a nivel subnacional. Nueva Gales del Sur, por ejemplo, ha experimentado con el voto en línea con relativo éxito.

Aunque el 10% de la población filipina vive en el extranjero, la participación de los expatriados ha sido tradicionalmente baja. Este grupo poblacional tiene derecho a votar en las elecciones nacionales para elegir al presidente, el vicepresidente, los senadores y los representantes de las listas de partidos. En 2013, solo 17% de los votantes en el extranjero registrados emitieron su voto. La Comisión Electoral de Filipinas tiene la esperanza de que un número creciente de expatriados registrados conduzca a una mayor participación.

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