En el siglo XXI han surgido un número mayor de desafíos para la participación de los votantes. Los funcionarios electorales deben buscar continuamente alternativas para que la votación esté disponible y sea accesible a todos los ciudadanos. Independientemente de su ubicación, capacidades o condiciones. Al habilitar más canales de votación, las autoridades podrán gestionar mejor las circunstancias más apremiantes que amenazan la participación democrática en todo el mundo.

La pandemia de Covid-19 está entrando en su tercer año. Si bien el número de fallecimientos viene disminuyendo, en algunos países todavía hay estrictas cuarentenas y protocolos de distanciamiento social que presentan obstáculos para la votación tradicional. Además, muchas naciones y jurisdicciones continúan usando sistemas de votación que no son accesibles para votantes con discapacidades.

Los ciudadanos desplazados corren un riesgo particular de verse privados de sus derechos. Millones de personas en Ucrania, Siria, Irak, Myanmar y la región de Tigray en Etiopía están desplazadas, ya sea dentro o fuera de sus países. Cuando terminen estos conflictos, millones seguirán en esta situación de manera temporal o permanente.

Dejando a un lado las catástrofes inesperadas, también existen otras razones válidas para que los comisionados electorales ofrezcan canales de votación remota a sus ciudadanos. Muchas personas viven fuera de su jurisdicción electoral por diversas razones: servicio militar o gubernamental, oportunidades profesionales o simplemente como una preferencia de estilo de vida.

Los ciudadanos de todo el mundo exigen mejores alternativas para participar en las elecciones. Esta es probablemente la razón por la que el voto por correo ha aumentado en países como Alemania y Estados Unidos. Un estudio realizado por investigadores alemanes reveló que “los votantes que emitieron sus votos por correo aumentaron del 5% en 1990 a casi el 30% en las elecciones federales alemanas de 2017”. En medio de la pandemia de coronavirus, en las elecciones de 2020, 43% de los votantes de Estados Unidos enviaron su boleta por correo, frente al 25% en las elecciones presidenciales anteriores, según la Comisión de Asistencia Electoral de ese país.

Entonces, ¿cuál es la mejor manera para que los funcionarios electorales faciliten que todos los ciudadanos tengan acceso a las urnas?

La votación en persona sigue siendo una opción para los ciudadanos que viven fuera de su país, pero se requiere que el votante se traslade a un consulado, embajada o base militar. Esto no siempre es fácil. La votación por correo sigue siendo una alternativa popular para los que están en el extranjero. Sin embargo, votar por correo no siempre es viable para quienes viven o trabajan en áreas remotas y en países con un servicio de correo limitado o inconsistente.

La entrega de boletas en línea puede ser oportuno y conveniente, no solo para los electores, sino también para los funcionarios electorales. Estudios de universidades en Estonia, muestran que el voto en línea de ese país es considerablemente más rentable que la votación en persona y por correo (y también más seguro). Este método de votación se usa ampliamente en Canadá y cada año crece más en popularidad. En Ontario, Canadá, la cantidad de elecciones municipales que utilizaron la votación en línea aumentó de 20 en 2006 a 177 en 2018, lo que facilitó el voto a aproximadamente 2,71 millones de electores ese año (los últimos datos disponibles son de 2018). Los municipios de Canadá pueden ofrecer el voto en línea para sus elecciones, pero no para las elecciones federales.

El uso de la votación en línea continúa creciendo en Estonia, que es el país que ha ofrecido el voto en línea para sus elecciones por más años. Las elecciones locales de 2021 de ese país vieron un aumento del 15 por ciento en el uso de su sistema en línea i-Vote en comparación con las mismas elecciones en 2017.

Numerosos países también están utilizando o probando la entrega de boletas en línea y la votación por Internet para votantes militares y en el extranjero y votantes con discapacidades. Estos incluyen México, Escocia, Australia, Ecuador, Filipinas y los Estados Unidos. Otros países lo están utilizando para elecciones y referéndums sociales o profesionales, incluidos Francia, Alemania, Benín y Noruega.

Los funcionarios electorales se enfrentan a innumerables desafíos para la participación democrática. Afortunadamente, existen canales seguros y viables para complementar la votación tradicional en persona. Esta es una noticia fantástica para el futuro de la democracia.

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