A medida que las tecnologías digitales continúan cambiando el mundo que nos rodea, la necesidad de que los gobiernos adopten la transformación digital y aumenten la eficiencia de los servicios que ofrecen es cada vez más importante.
Según un estudio realizado por Deloitte, una empresa especializada en consultoría y servicios profesionales, el 76% de los encuestados cree que las tecnologías digitales están cambiando el sector público y casi todos (96%) calificaron su impacto como significativo. El estudio recoge la opinión de más de 1.200 funcionarios gubernamentales de todo el mundo.
Los servicios gubernamentales actuales, como la administración de elecciones y la gestión de identidad, fueron construidos siguiendo paradigmas con décadas de antigüedad. Es hora de equipar a los gobiernos con herramientas innovadoras que ayuden a enfrentar los desafíos y oportunidades que surgen en la era de la información.
La disminución de las tasas de participación electoral, la poca confianza en los gobiernos y otras tendencias preocupantes son solo algunos de los síntomas de una crisis que se avecina y que exige una resolución. Es hora de actuar.
Embarcarse en un proceso de transformación digital no es una tarea fácil. Líderes de la organización Deloitte afirman que «El viaje hacia la transformación digital» requiere de estrategias sólidas, enfoque en el usuario, liderazgo, habilidades de la fuerza laboral y una cultura digital.
Un enfoque superficial de la tecnología —como el que tienen actualmente muchas empresas—no es suficiente. Un cambio de paradigma más profundo y preciso es fundamental para evitar que se repitan los fracasos del pasado. «Los primeros esfuerzos para instalar computadoras en las escuelas no lograron mejorar el rendimiento porque no fueron acompañados de cambios fundamentales en los métodos de enseñanza que se adaptaran a la tecnología», se lee en el informe de Deloitte.
Durante el ciclo electoral de 2020, el condado de Los Ángeles reemplazó con éxito su sistema de votación de la década de 1960 con la Solución de Votación para Todos (VSAP). Más que simplemente adquirir una nueva tecnología, el condado cambió su paradigma electoral. Esta reforma podría ser un ejemplo de transformación digital para el mundo de las elecciones.
Dean Logan, autoridad electoral del condado, articuló una visión y estableció una hoja de ruta para una transformación digital de abajo hacia arriba, una prerrogativa de liderazgo que es crucial en todo proceso de transformación digital exitoso. Según Deloitte, la falta de estrategia es el mayor impedimento para que las organizaciones en etapa inicial aprovechen al máximo las tendencias digitales. “Solo el 46% de las agencias del sector público tienen una estrategia digital clara y coherente”.
La encuesta de gobierno electrónico de las Naciones Unidas de 2020 reveló que los países con «los niveles más avanzados de desarrollo de gobierno electrónico han asignado prioridad al desarrollo de capacidades y pensamientos que apoyen plenamente un enfoque integrado de todos los procesos gubernamentales para la transformación del gobierno digital».
Al colocar la transformación digital como una prioridad y capacitar a su población en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, Estonia —de ser un país atrasado de la Unión Soviética— ahora forma parte del grupo de naciones más adelantadas en la enseñanza y utilización de tecnologías de la información y comunicación. En 1991, prácticamente no había computadoras en esta nación báltica. En la actualidad, se encuentra constantemente entre los cinco primeros países en la clasificación de gobierno electrónico de la ONU.
Al centrar su estrategia de transformación digital en los ciudadanos, Estonia fue el primer gobierno en declarar a Internet un derecho social. El acceso a Internet es un derecho constitucional. Hoy, 99% de todos los servicios en Estonia están disponibles en línea. Los niños de primer grado reciben lecciones de programación. Por todo esto, no es una coincidencia que Estonia ofrezca desde 2005 el voto en línea para todos los votantes. Los ciudadanos se han acostumbrado a usar la tecnología cuando interactúan con el gobierno. En las últimas elecciones nacionales, la mayoría de los votantes participaron a través de internet.
Estonia y el condado de Los Ángeles son una prueba de que la transformación digital es alcanzable y beneficiosa para las organizaciones del sector electoral. Ambos procesos de transformación digital están bien documentados en materiales públicos disponibles en la red. Aquellos que están considerando o actualmente ya están involucrados en una transformación similar harían bien en investigar el viaje de estos dos países para lograr elecciones seguras, transparentes e inclusivas.