Millones de votantes en Estados Unidos y países de todo el mundo están recurriendo rápidamente a las boletas de votación por correo (también llamadas boletas de votación en ausencia) para evitar que los ciudadanos acudan a los centros electorales durante la pandemia de coronavirus, hacerlo así permite mantener seguro a los votantes y reducir el hacinamiento en los centros de votación.
Desafortunadamente, el voto por correo no ayuda a un número incalculable de votantes con discapacidades que no tienen acceso a utilizar boletas de papel. Esto incluye a las personas ciegas o con visión limitada.
Unos 14,3 millones de ciudadanos estadounidenses con discapacidades informaron haber votado en las elecciones de mitad de período en 2018. Si bien el voto por correo no constituye un problema para todos los votantes discapacitados, las boletas de papel pueden ser un problema no solo para personas con discapacidad visual sino también para muchos votantes con dificultades de aprendizaje y lectura, incluida la dislexia.
Pero este problema es mucho más complejo que simplemente dar una mano a los votantes con impedimentos visuales o discapacidades de aprendizaje. En muchos lugares, el simple hecho de solicitar una boleta de votación por correo puede poner en riesgo a las personas con discapacidad durante esta pandemia.
La mejor explicación de esto proviene de Michelle Bishop, especialista en defensa de los discapacitados para los derechos de voto, que se desempeña en la Red Nacional de Derechos de las Personas con Discapacidad. Recientemente testificó ante el Comité Judicial de los Estados Unidos durante una audiencia titulada «Protección del derecho al voto durante la pandemia COVID-19». Su testimonio de cinco minutos es una obra maestra, que explica claramente la compleja problemática en torno a la accesibilidad al voto durante esta pandemia.
Hay muchas formas de facilitar la votación segura en el hogar, formas que no requieren que el votante manipule papel. Y la votación remota ha sido probada en lugares como Noruega y Estonia.
El derecho a votar no es simplemente emitir un voto, también incluye el derecho a la privacidad, poder votar en forma independiente y recibir asistencia si el votante así lo desea. Estos derechos están garantizados por Ley y debemos asegurarnos de que estos estén disponibles para todos los votantes.
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