En un post anterior, mencionamos algunas razones que explican el creciente despliegue de los servicios de tecnología electoral en América Latina.
Sin embargo, vamos a explicar con más detalle cómo la influencia de los millennials y la necesidad de mejorar la confianza pública también han llevado a la región a adoptar mejores y nuevas tecnologías.
En la actualidad, los millennials pueden tener una voz preponderante en los resultados electorales de América Latina. No solo por el total de la población que representan, sino también por la transformación cultural que están liderando como ciudadanos, profesionales y, por supuesto, como votantes.
En México, por ejemplo, un estudio publicado en octubre pasado “da luces sobre qué buscan los millennials en un candidato y los temas que más les preocupan. En la investigación se refleja que para esta generación, cuando se trata de poder aplicar presión política, las redes sociales son una herramienta más poderosa, incluso, que el voto “, escribió Carin Zissis en un artículo de AS / COA. Los millennials podrían dar por sentado sus libertades básicas, de acuerdo a la autora, pero reconocen que la tecnología es parte de su ADN democrático. Por lo tanto, ven los avances tecnológicos como parte de la ecuación al momento de resolver el proceso electoral.
Muchos elementos convergen al analizar a los millennials como electores, pero uno de ellos, es su necesidad de inmediatez. Los ciudadanos, particularmente los más jóvenes, están cada vez más acostumbrados a la velocidad y a la retroalimentación inmediata, detalles que extrapolan de manera natural a las elecciones.
La velocidad es, por lo tanto, otra razón para automatizar los procesos electorales. Para Rachel DeLevie-Orey, del Atlantic Council, “claramente hay un movimiento para migrar hacia los sistemas de voto electrónico, lo que si se hace correctamente, puede generar ventajas en cuanto a seguridad y costos. Una mayor velocidad es crucial para la confianza del electorado y la legitimidad percibida de la elección, que en muchos casos, resulta primordial”.