El Día Internacional de la Mujer en zonas rurales celebrado por las Naciones Unidas el 15 de octubre es un llamado a la acción para corregir la desigualdad que enfrentan las mujeres de zonas rurales en todo el mundo.

La pobreza y la desigualdad entre las mujeres de estos lugares son sustancialmente más altas; tienen menos educación y son más propensas a ser analfabetas, a tener problemas de salud y a sufrir violencia doméstica.

La participación política y el empoderamiento de estas mujeres no solo son esenciales para fortalecer la democracia de una nación, sino que también son fundamentales para su desarrollo socioeconómico.

La participación equitativa en la toma de decisiones del gobierno y en el hogar son derechos humanos fundamentales como se describe en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Plataforma de Acción de Beijing. Los países que ratificaron o se adhirieron a la CEDAW están obligados por el derecho internacional a cumplir con sus disposiciones sobre los derechos económicos y políticos de las mujeres.

Ambas plataformas internacionales de derechos de las mujeres proporcionan caminos hacia la igualdad de género y mejoran los medios de vida generales de estas mujeres, sus familias y sus comunidades.

Tradiciones revolucionarias

La participación política de las mujeres es un requisito previo importante para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. Pero ¿qué está impidiendo que las mujeres, especialmente de las zonas rurales, participen en la política local y nacional?

Hay países que no reconocen los tratados internacionales de derechos humanos ni cuentan con sistemas legales internos para abordar adecuadamente la participación política de las mujeres.

Desafortunadamente, los factores socioculturales desempeñan un papel predominante, especialmente en los países africanos. Las mujeres siguen siendo vistas principalmente como madres y amas de casa, y en algunas latitudes, todavía están restringidas a estos roles y sus parejas pueden decirles cómo deben votar. A menudo, estas mujeres no tienen conocimiento o conciencia de sus derechos legales y políticos, por lo que no participan en las elecciones o en la vida política de sus comunidades.

Involucrar a las mujeres de zonas rurales

Una solución obvia y efectiva a largo plazo sería la educación a través de campañas de alfabetización masiva. Mientras tanto, un estudio en Nigeria muestra que las campañas masivas a través de la radio nacional pueden ser una estrategia activa de desarrollo político y educación para las mujeres analfabetas en áreas rurales.

Incluso de manera más prometedora, la Red de Mujeres se está asociando con grupos que utilizan aplicaciones de tecnología amigables para las mujeres para facilitar la participación política femenina considerada “fuera de la red de comunicaciones” en los países en desarrollo.

El sector público o privado dispone de múltiples estrategias para mejorar la participación política de las mujeres en todos los niveles y en todo el ciclo electoral completo. Además, reducir la desigualdad de género no solo es un imperativo moral, sino también económico.

Según un informe del Instituto Global McKinsey, se podrían agregar $12 billones al PIB mundial mediante el avance de la igualdad de la mujer.

Que este 15 de octubre sea un recordatorio de que al promover el desarrollo de la mujer en zonas rurales, todos ganan.

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