Las granjas de bots, las noticias falsas y las filtraciones de datos se han utilizado para difundir la desinformación durante algunos de los procesos electorales más importantes de los últimos años.
Desde el Brexit hasta las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, pasando por los eventos de interés periodístico de Europa y América Latina; ahora es de conocimiento común cómo las redes sociales pueden usarse para influenciar a los votantes y beneficiar las campañas políticas durante las elecciones.
Sin embargo, siempre está el otro lado de la historia, y en este caso, el impacto positivo de las redes sociales durante el ciclo electoral también está afectando los clics. Afortunadamente, no todo es una mala aplicación y noticias falsas cuando se trata de redes sociales y elecciones.
Por ejemplo, las políticas de ética, el progreso de la ciberseguridad, las mejores prácticas y el monitoreo continuo son prácticas generalizadas en estas redes. Por lo tanto, los usuarios pueden acceder a información confiable, o detectar intentos de manipulación, con prontitud.
Algunos de los beneficios inherentes de esta era de transformación digital son las mejoras en la libertad de expresión, educación electoral y participación y activismo de los votantes.
Plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, son capaces de dar a las minorías espacios seguros para discutir abiertamente sus problemas y necesidades, conectarse con las personas y organizarse para tomar medidas. Por lo tanto, las personas con diversos antecedentes obtienen la misma voz en la conversación pública, lo que puede conducirlo hacia resultados positivos a largo plazo.
Las redes sociales han demostrado ser muy efectivas para ayudar a las autoridades a realizar campañas para aumentar la participación de los votantes, o para difundir información sobre la mecánica y la logística de las elecciones.
Del mismo modo, las redes sociales han dado a los ciudadanos la oportunidad de ser escuchados por aquellos que los representan (o quieren hacerlo en el futuro).
Una tendencia reciente en las redes sociales ha sido alejarse de redes públicas y abiertas como Twitter y Facebook a comunidades más cerradas como Instagram o Snapchat. Estas alternativas crean la oportunidad para una comunicación más directa, incluso una a la vez cuando se trata de llegar a audiencias específicas.
El diálogo público directo entre los candidatos, los oficiales y sus electores puede ser positivo para disparar nuestras democracias digitales. No solo para debatir y apoyar, sino también para fines de rendición de cuentas durante las elecciones.