Expertos en política, analistas e historiadores han intentado, durante mucho tiempo, mapear y explicar las distintas variables involucradas en los referendos de independencia en todo el mundo.
No se trata solo de las noticias de última hora y el impacto sociopolítico provocado por experiencias como el Brexit, el voto escocés o el referéndum sobre la independencia de Cataluña; sino que la base del asunto reside en la influencia de los movimientos de autodeterminación sobre la participación política de los ciudadanos.
Sin profundizar en las razones históricas, culturales, políticas o incluso económicas que llevan a proponer e implementar un referéndum autónomo; queremos ampliar en los distintos argumentos sobre cómo estas elecciones (jurídicamente vinculantes o no) se están convirtiendo en una tendencia mundial. Y, lo que es aún más interesante para el mercado de la tecnología electoral, cómo los sistemas de votación electrónica podrían ayudar a los Órganos de Administración Electoral y a los ciudadanos a apoyar y gestionar soluciones democráticas para estos convulsos sucesos políticos.
Hasta el momento durante este año, Cataluña en España y la región kurda del norte de Irak han celebrado referendos de independencia sin tener muy claras las resoluciones políticas ni legales. Las regiones anglófonas de Camerún declararon simbólicamente la independencia de la mayoría de habla francesa del país. Además, las provincias como Lombardía y Véneto en Italia han votado (con el apoyo legal de la Constitución italiana) en pro de la búsqueda de una mayor autonomía fiscal del estado central.
De acuerdo a algunos expertos, los movimientos proindependentistas han estado ganando tracción no solo en Europa, a pesar de los temores de inestabilidad regional, colapso económico y guerra civil. Las razones van desde históricas disputas demográficas y étnicas hasta intereses financieros y comerciales; pasando por exigencias políticas, de identidad y legales para una mayor autonomía, al poner fin a la discriminación y lograr una distribución más equilibrada de la toma de decisiones y los recursos. Sin embargo, todo esto viene con las incertidumbres regionales e internacionales sobre el inicio de crisis violentas y un efecto dominó dentro de otros movimientos separatistas que buscan consolidar pequeños países soberanos.
Sin embargo, ¿Hay noticias positivas para la democracia? Definitivamente. En el caso de los referendos autonómicos italianos, por ejemplo, los votos en Lombardía y Véneto el 22 de octubre no se referían a la independencia o la secesión, sino que se centraban en un mayor control sobre su propia gobernanza. Pequeños pasos para fortalecer el derecho del pueblo a votar sobre asuntos locales.
Ambas papeletas italianas no solo eran legítimas y constitucionales, seguidas de cerca por locales y europeos, sino que también fueron innovadoras en cuanto a tener un sistema de votación electrónico desplegado con éxito en la región italiana.
Los sistemas de voto electrónico y las opciones remotas, como el voto en línea, se encuentran entre algunas de las herramientas que podrían ayudar a que un referéndum sobre la independencia cumpla sus promesas democráticas con facilidad.
El voto electrónico, si se implementa correctamente puede ayudar a aumentar la participación y la velocidad (votación más rápida, conteo y entrega de resultados); convertirse en una opción más conveniente y fácil de usar (días antes o el día de la elección); ofrecer una mejor accesibilidad para los votantes en el extranjero o con discapacidad; y ser una opción más segura, confiable y auditable para elecciones particularmente complejas como los referendos de independencia.
El sustento legal (constitucional), así como el apoyo mediático e internacional siguen siendo importantes, pero el compromiso político, la participación ciudadana y la participación electoral son realmente los factores clave para el éxito de los referendos de independencia y las negociaciones a seguir. Garantizar el derecho al voto y poder expresar su apoyo o rechazo a la campaña separatista es esencial para la estabilidad democrática y la paz regional.